Tengo el océano Pacífico ante mí, estoy a más de once horas de avión de casa, suena música comercial del país y es aquí y ahora cuando me acuerdo de cada uno de vosotros. Me acuerdo de tí, Pablo, de tu pasión por las motos y de cómo has ido encontrando tu lugar interior, ese en el que te sientes a gusto contigo mismo, ese en el que no necesitas demostrar si no mostrar lo que eres y así es como brillas. También me vienes tú a la mente, Alejandra: se me encoje el corazón por los correos que me mandaste e imagino tu cara y tu sentir al leer la respuesta. Mi corazón sonríe al recordar tu despedida “estoy deseando que llegue septiembre para verte”. Yo también Alejandra, tenemos gran trabajo por delante, te vas a poner de pie dentro de ti y vas a echar raíces como las ceibas de aquí, fuertes y seguras, aferradas a la tierra, buscando la luz del sol y siempre creciendo hacia arriba. ¿Y tú, Marta? Fuiste uno de mis grandes retos. Viniste pequeña e insegura y ahora ¡parece que vamos a franquiciar el método! Las sesiones contigo son un regalo; ver lo empoderada que estás y lo guapa que te sientes por dentro y por fuera, es un lujo.
Sé que a muchos de vosotros os habrá ido bien el verano, otros quizás con custodias compartidas, para algunos las primeras, y aunque os hayáis sentido más tristes, habréis conseguido superarlo sin nuestras sesiones semanales. Sé que también algunos tenéis miedo de “el nuevo curso” ya que quizás cambien aspectos importantes de vuestras vidas. Aún así, pararnos no nos protege, hay que seguir avanzando y vamos a hacerlo al ritmo que sea necesario para sentirnos seguros e ir aprendiendo para futuras ocasiones. A mí, pensar en vosotros, incluso a miles de kilómetros de casa, me hace coger fuerzas para volver.
Gracias por estar ahí.
PD: Los nombres utilizados son ficticios aunque responden a historias y personas reales.
Ahora es tiempo de reflexionar , y ponernos nuevas metas.
Pero no hay que obsesionarse con las mismas.
Como decía Machado “Caminante no hay camino ,se hace el camino al andar”
Dar un paso es mucho y dos el doble. Fijarse un rumbo e ir haciendo las correcciones necesarias para llegar a buen puerto